El Instituto

Josef Mengele ( citado en el libro) fue un concido "médico" nazi famoso por sus experimentos, en especial los realizados con hermanos gemelos.

King interpreta su particular cámara de los horrores adaptada al siglo XXI en un instituto lleno de monstruos humanos y niños tratados como cobayas hasta la más absoluta degeneración mental.

El texto, casi impecable, con pocas fisuras y el ingenio a pleno rendimiento, en beneficio de la angustia, el escalofrío, el sufrimiento y el terror.
Sí, terror, donde los fantasmas y seres repugnantes, son de carne y hueso, y el miedo, la humillación y el sometimiento de un grupo de niños, vejados, cosificados y destrozados, van directos a la psique y al alma del lector.

El maestro consigue con su prosa una retransmisión en directo donde la experiencia del lector no perderá ningún tipo de detalles.

King se encarga de construir con sus letras y proyectar en tu interior hasta el más mínimo detalle intangible.
La capacidad del autor, para mantener la tensión, y hacernos pasar por un sin fin de sensaciones, la montaña rusa emocional a la que nos somete, con una naturalidad que apabulla estan al alcance de muy pocos, quizá ninguno, tal vez King sea extraterrestre.

¡Hay más!
Los personajes son equilibrados, aportan a la novela justo lo que necesita, cada cual en su sitio, perfectamente argumentados y justificados, ni sobran, ni faltan, y nos guste más o menos, cada cual con su necesario final.

En el instituto, el terror, llega de las manos de los bajos instintos, la miseria humana, y la maldad abanderada por el beneficio del equilibrio mundial.

Y aunque es ficción, no descartemos que algo así, o peor, este ocurriendo hoy, ahora.Tal vez en este mismo instante... un niño este siendo torturado, vejado, y esto es sin duda auténtico terror.

Me apabulló.