Magia de ensueño

Ése es el mundo que odio, joven Thorn. Donde el valor de un hombre no se mide por sus hazañas, sino por su linaje.

-...Puedes ser por siempre feliz.
-La vida no es así, madre. La felicidad es especial, necesita ser fugaz. Si no, ¿cómo podría ser tan preciosa?

Dicen que las mujeres no deberían tener magia, pero la gente no entiende: todas la tenemos. Ah, quizá no en las maneras que cuentan para los hombres, pero aún así es magia.

Los sueños son imaginación pura, y la imaginación es el combustible de la magia.

—No querrá un marido inteligente, mi señora. Usted rige Gehenna, y en los tronos rara vez caben dos traseros, si me permite el atrevimiento. Los hombres astutos tienen ambiciones. Querrá a alguien que luzca bien a caballo y que pase los días cazando y no la moleste. Mis chicos harán lo correcto, o tendré que hablar con ellos.
—Tomaré en cuenta su amable ofrecimiento, barón —Lily se sopló un mechón de cabello suelto fuera de los ojos—. ¿Puedo retirarme?

—Ella te vencerá. Lily siempre encuentra la manera.
—Lily está perdida, niño. Perdida profundamente en sus sueños. Ella no volverá —golpeó a Thorn con su bastón—. Quédate aquí y observa cómo conquisto Gehenna.

Mi madre decía que una dama debía tener tres cosas: gracia, ingenio y un héroe dispuesto a morir por ella.

La imaginación es el combustible de la magia.

No querrá un marido inteligente, mi señora. Usted rige Gehenna, y en los tronos rara vez caben dos traseros, si me permite el atrevimiento.