No puedo nada más que decir cosas bonitas de este libro. Está narrado en primera persona alternado capítulos entre el punto de vista de Kate y Brad. Una historia de amor que comienza cuando Brad está cuidando a Peter Dawson un viejecito gruñón (pero adorable), cuando tocan el timbre de la casa de Peter, este le dice a Brad que vaya a abrir la puerta y ayude a Kate, una chica a la que Peter aprecia mucho y que Brad aún no conoce, en un primer encuentro desastroso donde a Kate se le cae encima el pastel de calabaza que llevaba para el señor Dawson es donde empieza esta maravillosa historia llena de amor y magia. Brad y Kate van a odiarse pero pronto se van a dar cuenta de que hay demasiada atracción entre ellos, y a parte tienen que convivir juntos durante un mes, para cobrar la herencia que el señor Dawson les deja a ambos. Me ha encantado la trama, la forma en la que los personajes se conocen, y gracias al señor Dawson que ha sabido cómo unir a dos personas aún sin estar presente. Le he cogido mucho cariño a Peter Dawson, Kate, Brad, a los 4 perretes que les acompañan durante todo el libro e incluso al papel de la difunta Wendy. A pesar de no ser una historia de Navidad como tal, no es hasta mitad del libro más o menos donde celebran año nuevo por tanto me ha encantado leer este libro en estas fechas porque continente mucho de ellas. La pluma de Donna es una adicción, te pones a leer y cuando te das cuenta ya has terminado el libro. Es como ver una película que te está encantando y te hace olvidar el resto del mundo. Por tanto recomiendo mucho este libro, es mi primera lectura del año y mi primer favorito de 2021. |