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En esta segunda parte y final de la bilogía también suspiré y me emocioné, aquí vemos a sus protagonistas más maduros, independientes, con sueños cumplidos, con más determinación... han cambiado, sin embargo su esencia sigue siendo la misma a pesar del transcurso del tiempo. Los sentimientos siguen ahí ocultos en medio de pinturas, galerías, ciudades distantes, rumbos dispersos pero que vuelven siempre al punto de partida: Axel y Leah y la inmensidad del amor que existe entre ellos.
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