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He dudado mucho en que puntuación darle a este libro, a esta bilogía en total, porque estoy dividida completamente. Adoro a Alice Kellen y su maravillosa forma de escribir, pero con este libro, como con el anterior de la bilogía, no he llegado a conectar del todo con los personajes, se me ha quedado corta en muchas cosas y algo larga en otras tantas, he echado de menos a los maravillosos secundarios que Alice nos suele regalar siempre en sus novelas (aquí os prometo que no los he encontrado), me ha costado engancharme a la historia (de hecho creo que no lo he conseguido en ningún momento) y me han chirriado comportamientos y, sobre todo, comentarios innecesarios de algunos personajes. Es el libro de Alice que más me ha costado terminar, a ratos pensé que no lo conseguía, y el libro que más me ha durado en lo que va de año. Me da pena y rabia a partes iguales porque le tenía tantas ganas. Tantas. Todo esto no quita que Alice siga siendo una de mis autoras españolas favoritas. Quizás he sido yo que ni era el momento ni la situación para embarcarme en esta novela. Quizás. Pero lo que está claro es que no va a pasar a ser uno de mis favoritas, eso seguro.
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