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La historia de Rhys y Ginger se desarrolla a través del tiempo y la distancia, primero lento y después de golpe, como diría John Green. Ninguno de estos inconvenientes consigue romper la relación de amistad (¿o quizá algo más?) entre los dos protagonistas, quienes encuentran en el otro un verdadero confidente, un hombro en el que apoyarse y una persona que les ayuda a ver la mejor parte de sí mismos. Las desventuras que surgen al encontrarse en momentos diferentes de su vida son las que aportan naturalidad a la relación de los protagonistas, regalándonos, además, divertidos e inesperados giros narrativos que mantenernos pegados a las páginas de «Nosotros en la luna». El doble narrador está gestionada de manera bastante efectiva por Alice Kellen, mostrando los sentimientos de cada uno de los protagonista para conseguir que el lector empatice con ellos más fácilmente. Sin embargo, es precisamente en la construcción de personaje que hace de Rhys, a través de sus capítulos y de las interacciones con Ginger, donde veo un retrato menos sólido de su persona, extrayéndome de la narración por completo. En general, «Nosotros en la luna» es una lectura adictiva y entretenida que brilla, sobre todo, por la fortaleza de su protagonista femenina y la maestría de los giros narrativos creados por Alice Kellen. Enlace: https://cartasalacultura.blo.. |
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