Si lo piensas bien, Rhys, leer un buen libro es casi como estar en la luna. Durante esos instantes, mientras te sumerges entre las páginas, dejas de tener los pies en la tierra, viajas lejos, a otros lugares, a otros mundos, a otras vidas…
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Si lo piensas bien, Rhys, leer un buen libro es casi como estar en la luna. Durante esos instantes, mientras te sumerges entre las páginas, dejas de tener los pies en la tierra, viajas lejos, a otros lugares, a otros mundos, a otras vidas…
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¿Qué es estar enamorado? "Es sentir un cosquilleo en la tripa cuando la ves. Y no poder dejar de mirarla. Echarla de menos incluso teniéndola delante. Desear tocarla a todas horas, hablar de cualquier cosa, de todo y de nada. Sentir que pierdes la noción del tiempo cuando estás a su lado. Fijarte en los detalles. Querer saber cualquier cosa sobre ella, aunque sea una tontería. ¿Sabes Rhys? En realidad, creo que es como estar permanentemente colgado de la luna. Boca abajo. Con una sonrisa inmensa. Sin miedo." |
El problema que tienen las grietas es que mantienen en pie algo que antes era sólido, no se abren lo suficiente como para que eso se desmorone. Pero están ahí. Están latentes. Y cuando llueve…, cuando llueve el agua se sale por todas partes. |
No solo somos lo que hacemos, sino también lo que no hacemos. Somos lo que decimos, casi tanto como lo que callamos. Somos las preguntas que no nos atrevemos a pronunciar, en la misma medida que esas respuestas que nunca llegarán y permanecerán eternamente flotando entre remolinos de miedo e incertidumbre. Somos la sutilidad de una mirada, la intimidad de una caricia suave, la curva de una sonrisa sincera. Somos momentos bonitos, instantes agridulces, noches tristes. Somos detalles. Somos reales. Pero, por encima de todo lo demás, somos las decisiones que tomamos. En toda su dimensión. Por cada elección, damos un paso al frente y abandonamos algo en el camino. O damos un paso atrás y abandonamos algo que estaba por llegar. Avanzamos entre alternativas, seleccionando unas, rechazando otras, marcando nuestro destino. Siempre habrá algo que pierdas incluso cuando ganes, pero eso no es lo importante. Lo realmente valioso es ser capaz de tomar esa decisión, hacerlo siendo libre; apostar por un sueño, por uno mismo o por otra persona, sin dudas ni temor, solo con ganas, con pasión. + Leer más |
Y entonces lo supe: soy la rosa. Nunca fui el Principito, ni el protagonista, ni mucho menos el zorro. No. Era la jodida rosa. Caprichosa, egoísta, orgullosa y llena de espinas. Y tú te has pasado años regándome y cuidándome, a pesar de que a veces te pinchabas al acercarte demasiado. Y no sabes cuánto lo siento, Ginger. Siento haberte hecho daño y siento habérmelo hecho a mí. Siento no haber sabido hacer las cosas de otra manera y ser un completo desastre. Si alguna vez lees esto, quiero que sepas que entiendo que te alejases de mí en cuanto te diste cuenta de que el mundo está lleno de rosales repletos de flores y que, en realidad, nunca fui diferente. |
Me di cuenta de que, si tiempo atrás teníamos poco en común, en este momento ya no nos queda absolutamente nada. Supongo que así son las amistades, no siempre siguen un mismo camino y un día miras a alguien a quien conoces desde hace más de una década y te das cuenta de que ya no te une nada a esa persona.
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Avanzamos entre alternativas, seleccionando unas, rechazando otras, marcando nuestro destino. Siempre habrá algo que pierdas incluso cuando ganes, pero eso no es lo importante. Lo realmente valioso es ser capaz de tomar esa decisión, hacerlo siendo libre; apostar por un sueño, por uno mismo o por otra persona, sin dudas ni temor, solo con ganas, con pasión.
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Porque no pudimos impedir que se abriesen grietas. El problema que tienen las grietas es que mantienen en pie algo que antes era sólido, no se abren lo suficiente como para que eso se desmorone. Pero están ahí. Están latentes. Y cuando llueve…, cuando llueve el agua se sale por todas partes.
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Yo no soy ninguna experta, pero creo que estar enamorado es algo más. Es sentir un cosquilleo en la tripa cuando la ves. Y no poder dejar de mirarla. Echarla de menos incluso teniéndola delante. Desear tocarla a todas horas, hablar de cualquier cosa, de todo y de nada. Sentir que pierdes la noción del tiempo cuando estás a su lado. Fijarte en los detalles. Querer saber cualquier cosa sobre ella, aunque sea una tontería. (...) En realidad, creo que es como estar permanentemente colgado de la luna. Boca abajo. Con una sonrisa inmensa. Sin miedo.
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Miradas. Palabras. Momentos. Tres cosas capaces de cambiarlo todo. Porque hay momentos que deberían desaparecer, esos de los que te arrepientes tanto que desearías poder viajar atrás en el tiempo y modificarlos; borrar las miradas llenas de rencor, ahogar las palabras que perforan, que crean agujeros, que te arrancan de tus raíces. ¿Quiénes somos sin raíces? ¿Cómo nos mantenemos anclados a la tierra? ¿Qué pasa cuando sopla el viento, te zarandea y no puedes sujetarte a nada que conozcas? |
Manolito ...