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Este libro si lo tuviera que describir con una palabra sería SENTIMIENTOS. No sólo todos por los que pasan los protagonistas sino por todos los que es capaz de provocar en el lector. Puede que te saqué carcajadas en una línea, que en la siguiente pongas cara de embobada por tanto amor y que finalmente acabes sufriendo de lo lindo (yo tengo que confesar que no soy de las que llora leyendo pero este libro lo ha conseguido) Rhys y Ginger se conocen una noche en París pero aunque la distancia les separé físicamente no lo hará emocionalmente ni conseguirá romper lo que surgió. Ellos irán evolucionando con el paso del tiempo y mientras siguen en contacto por los e-mails, nos harán pensar, reflexionar y aprender cosas a la vez que ellos las viven. Sin lugar a dudas son dos personajes muy humanos que consiguen rápido que conectes con ellos y les entiendas haciendo que te enamores de ellos y de toda su historia. Aunque sea una historia con amor, no hay que dejar de lado el tema de la amistad en esta historia. Como si de verdad te importa alguien mantienes el contacto con esa persona aunque no la puedas ver en años. Además el libro tiene frases sobre la amistad que de lo ciertas que son duelen al recordar situaciones personales. “Supongo que así son las amistades, no siempre siguen un mismo camino y un día miras a alguien a quien conoces desde hace más de una década y te das cuenta de que ya no te une nada a esa persona” Por último no quería olvidarme de mencionar lo que me gustó encontrarme con referencias a Dejá que ocurra y volver a ver a Axel aunque fuera brevemente. |
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