Al igual que me paso con El mapa de los anhelos, me gusto mucho el romance pero no era el eje principal del libro y lo disfruté muchísimo. Llore a mares acompañando a Sophie en su duelo, lo sentí real… días buenos y malos y el mensaje claro de qué hay personas a las que no superamos ni olvidamos, aprendemos a vivir sin ellas. Me pareció un libro esperanzador, celebra la dicha de haber podido amar aún cuando tengamos que despedirnos de a quien amábamos y nos regala la esperanza de que se puede volver a ser felices y volver a amar. |