El mapa de los anhelos

Cuando no hay absolutamente nada
Grace nació para salvar a su hermana y no lo consiguió. Su vida ahora, tras ese fracaso, consiste en la nada más absoluta mientras ve cómo todo, absolutamente todo, se desmorona. Sin embargo, un día donde todo parece perdido, llega a ella un juego El mapa de los anhelos. A través de él conocerá a Will, su director y compañero de juego. Casilla a casilla Grace tendrá que superarse, mirar el mundo con nuevos ojos y entender que hay muchas maneras de salvar. Y muchos momentos.
Con esta realidad tan dura comienza esta novela que si bien puede llamarse romántica, ya que con esta autora es lo que toca, casi podríamos decir que se trata de una novela contemporánea, con algún toque romántico. Grace, que nace para poder ser donante de su hermana, una vez realizado su cometido no tiene otra meta en la vida. Siempre supeditada a la enfermedad de su hermana, sus sueños se ven truncados por la imposibilidad de su familia de atender a ambas por igual. Cosa que el lector entiende desde el principio.
Sin embargo, no deja de ser duro que, por mucho que lo entendamos, una vez que su hermana no está, la existencia de Grace pierda algo de sentido. Sus padres estarán devastados por haber perdido la pelea por salvar a su hija, Grace se quedará sola sin poder cumplir su misión y habiendo dejado atrás todo aquello que podría ilusionarla. Así, el vacío absoluto es lo que les rodea y creo que está muy bien explicado en la novela como la desaparición de una persona supone también el cambio de vida y el vacío existencial en los demás. En el caso de nuestra familia protagonista todo queda estático y si bien Grace es la que pretende moverse, no para de dar tumbos porque, al final, ¿para qué sirve ella ahora?
Comienza el juego
Sin embargo, alguien muy especial intentará poner remedio al sinsentido de la familia Peterson. Para ello inventa el juego El mapa de los anhelos y así será como Grace conozca a nuestro coprotagonista, Will Tucker.
Antes de que pasemos a él, este encuentro supondrá el lanzamiento de la acción en sí. Comenzaremos a tener información de la vida de Grace antes de la desaparición de su hermana a través de recuerdos y de la propia Lucy a través de cartas que van recibiendo los diferentes personajes. Además, comenzaremos a conocer a los personajes de los padres, que también tienen su propio drama y su evolución a lo largo de la obra.
Con todo ello podremos abordar temas como la pérdida, el perdón, la responsabilidad, el amor, el miedo a la muerte, etc. Y todos estos serán tratados con una exquisita delicadeza y respeto. No encontraremos opiniones rotundas sobre qué es lo aconsejable o qué no, sin embargo, sí que habrá en todas un punto en común que seguirán poco a poco nuestros personajes el diálogo como medio para sanarse. Nadie nos quita la pérdida, pero hablar de cómo nos sentimos nos ayuda a continuar, a progresar.
Un descubrimiento a través del otro
No obstante, debemos reconocer en la novela que el tema de la pérdida es lo mundano, es decir, lo que nos pasa a todos en algún momento. El tema más desarrollado es la personalidad de nuestra protagonista. Muchas veces nos dejamos llevar por el camino que nos han marcado y eso hace que realmente no sepamos quiénes somos y, por ende, qué queremos.
Esto es justo lo que le pasa a Grace, así que la novela también será el camino de descubrimiento hacia sí misma. ¿Quién soy más allá de ser la donante de mi hermana? ¿Desde cuándo? Estas y todas las preguntas asociadas son las que podemos ver en el personaje que comienza en la nada conceptual más absoluta para ir dándose forma a lo largo de la obra. Eso sí, nos desesperará bastante, ya que, a pesar de lo que le ha sucedido, quizá la autora se ha demorado en algún caso o ha dado mucha vuelta hasta llegar a alguna conclusión.
Además, esto no lo hace el personaje solo, tendrá el apoyo de Will. Nuestro coprotagonista es quizá lo que menos me ha gustado de la novela. Un muchacho con un pasado oculto durante buena parte de la obra, que brota de la nada también y que de repente tiene una madurez increíble para ayudar a Grace; pero que después no puede casi ni atarse los cordones solo.
Esta última afirmación es un poco dura, porque es verdad que a veces lo de «consejos vendo que para mí no tengo» pasa y lo podemos ver todos los días. Sin embargo, es muy complicado admitir que un personaje llegue a ciertas conclusiones de una complejidad bastante grande y no sea capaz de asociarlas a sus propios hechos. Y bueno, podríamos entrar en el pacto, pero sí que ha sido complicado hacerse a ello, sobre todo cuando en gran parte de la narración Will no ha hecho nada más que estar, en silencio y como objetivo amoroso de la protagonista, y cuando llega su turno toda su madurez desaparece de manera escandalosa.
Anhelos
Quizá, para mí, esta no sea la mejor novela de la autora; no porque no sea romántica, sino porque precisamente, el componente romántico ha hecho que el final sea más vacío. El estilo sin duda es el mismo, esa misma delicadeza a la hora de exponer los temas; el uso de las palabras exactas para crear una emoción… Sin embargo, el personaje de Will como anhelo romántico de Grace no me ha convencido en absoluto. Creo que hubiera podido funcionar si Will se hubiera desarrollado, si hubiera sido algo más, ¿quizá una novela Grace-Lucy-Will? No lo sé, pero es verdad que no me ha convencido.
Esto no significa que no os la recomiende. Os recomiendo la novela sin duda, porque dentro de ese vacío la historia entre las hermanas es preciosa. También porque quizá esa demora y vacío a vosotros os convenza y os apasione como siempre hace la autora. En mi caso, me ha gustado mucho el personaje de Lucy y, sobre todo, la evolución del resto de familiares, que en ese sentido creo que Alice ha escrito una cierto.
Así que nada, espero que os animéis con ella y ya me contaréis si estáis de acuerdo o no. Espero que os guste.

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