El día que dejó de nevar en Alaska

Ese paisaje en la habitación
Cuando Heather llega a Inovik Lake, en Alaska, no se imaginaba que iba a hacer tanto frío. El paisaje sí se correspondía más o menos (faltaba el oso) al del póster de su habitación…, iba a ser duro. Pero es que las huídas siempre tienen que serlo, así que no le extraña que su vecino John crea que va a desistir o que Nilak, que trabaja con ella en el restaurante del pueblo, la odie sin motivo aparente. Está decidida a aprender a vivir.
Así comienza una novela que, además de romántica, tendrá muchas intrigas en su trama. Los secretos de la adolescencia de nuestra protagonista, de aquellos que le rodean y de la propia narración serán el impulso que no lleven de una página a otra. No nos encontramos ante una novela hipocondríaca, pero sí detectaremos que los personajes tienen un pasado del que huyen, o al menos que no quieren recordar porque duelen. de este modo, la historia es un simple avanzar hacia delante… como si eso fuera tan fácil.
Para ello la autora nos sitúa en un no-lugar, Alaska, donde lo frenético del mundo que nos rodea queda desplazado y deja lugar al pensamiento, a la reflexión. Heather, lo primero que aprenderá es a vivir sin estar conectada, a esforzarse cada día para no decaer y ser vencida por el frío.
No solo uno
Sin embargo, ella y su pasado, que, por lo que nos deja ver la autora, es bastante complejo y turbio y del que nuestra protagonista lleva a cuestas un sentimiento de culpa bastante importante; no serán los únicos protagonistas. El resto de habitantes del pueblo nos enseñarán que hay otras cosas que quizá sean más importante que la tortura: la amistad, la familia, la comunidad, ser feliz…
De todos ellos, los dos que más destacarán serán John, un hombre mayor vecino de Heather, que le enseñará a pelear y a creer en sí misma, y Nilak, más o menos jefe del restaurante donde trabaja nuestra protagonista, que tendrá su propia intriga, un personaje al que desentrañar junto con Heather, que siempre nos dará lo justo y del que querremos saber más sin ninguna duda.
Como decía, el resto de personajes se nos muestran francamente entrañables, exceptuando uno o dos villanos que pueda aparecer por ahí, y nos invitarán a reflexionar sobre los temas que se desarrollan en la obra.
Sentimientos sí y no
Y sí, como podéis imaginaros por la autora, la obra tiene un componente romántico que nos invita a necesitar más y más, pero también es cierto que la obra se enfoca más allá de eso. al final , Heather está ahí porque huye de unos sentimientos que no la dejan continuar y, en este sentido, la obra también trata sobre ese lucha, ese enfrentamiento que tenemos con nosotros mismos para reordenarnos cuando lo hemos hecho mal.
Todos esos sentimientos negativos estarán en todos nuestros personajes, ya que todos tenemos un pasado, pero será Heather especialmente quien nos enseñe cómo pelear, seguir adelante no es fácil, hay que caerse y volver a levantarse. Es verdad que en un principio no tendremos a esta mujer fuerte, pero sí que es genial ver cómo se va a elaborando ese proceso poco a poco.
Se me ve el plumero
La verdad es que después de reseñar tanto a la autora en el blog, raro es que no sepáis de qué pie cojeo, pero bueno lo dejo aquí consignado. La obra me ha gustado mucho, el estilo de Alice, como siempre, es impecable, sencillo y muy ágil y atractivo para el lector. Por su parte, la historia no es una más, como suele pasar con ella, sino que tiene sus particularidades que he disfrutado como una enana. El personaje de Caos es el motivo.
Si tuviera que ponerle un pero, para justificar el no darle la puntuación completa, sería que me ha tenido agonizando demasiado tiempo con un tema X de la obra, pero la verdad es que se disfruta igual. Así que, qué os puedo decir, os la recomiendo igual que siempre, creo que es una de las mejores autoras de romántica en nuestro panorama nacional y siempre merece la pena. Espero que os guste.

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