33 Razones para volver a verte

33 razones para volver a verte, de Alice Kellen, es la primera entrega de la serie Volver a ti, formada por tres novelas totalmente independientes. de momento solo he leído esta novela, pero por el nombre de la serie deduzco que tienen en común los reencuentros. Quien me conozca un poquito sabrá que me encantan esas escenas en las que los personajes se reencuentran, en todos los géneros, pero sobretodo los reencuentros románticos, es algo a lo que no puedo resistirme. Por lo que empecé este libro con muchas ganas (y, para qué mentir, con muchas expectativas)

Vamos a conocer la historia de Rachel, Mike, Jason y Luke. Los cuatro son amigos inseparables desde pequeños, pero llega la adolescencia y todo deja de ser del color de rosa. Rachel se enamora de Mike y por ciertos motivos se siente traicionada. Pero los sentimientos de ambos parecen nimiedades en comparación con otras circunstancias que comienzan a darse en sus respectivas familias, y, como si de mecha y llama se tratara, todo explota y la amistad acaba perjudicada. Tras 5 años Rachel aparece en sus vidas de nuevo, pero nada queda de aquella dulce y risueña chica. Su vida difiere mucho a la de hace unos años, pero el mayor cambio es el que está dentro de ella. El reencuentro con Jason y Luke es muy bueno, tienen una amistad muy sana y bonita. Pero con Mike... con Mike es totalmente lo contrario. Han pasado 5 años, sí, pero no han sido suficientes para olvidar. Para borrar el dolor. Para continuar como si nada hubiera pasado.
Es aquí donde me planto y dejo que el lector se empape por su cuenta de esta preciosa novela.

Alice nos cuenta mediante la historia de estos personajes lo duro que es el proceso de la aceptación, la superación, de la dificultad de inclinar la balanza hacia el lado positivo, por mucho peso que haya en el negativo. Hay veces que enmascaramos unos sentimientos con otros. Formamos una barrera inquebrantable con la intención de que nada pueda derribarla, pero no hay que olvidar que las emociones y sentimientos pueden destruir, sí, pero también construir. He disfrutado mucho con estos personajes que, como digo, además de lidiar con sus propios sentimientos deben afrontar otro tipo de situaciones mucho más duras y en una edad complicada.

Los protagonistas me han gustado, aunque si tengo que elegir me quedo con Mike. No me gusta recriminar a nadie su forma de ser y actuar después de haber vivido situaciones complicadas, pero con Rachel no he podido evitar cabrearme en alguna ocasión. En cuanto a los personajes secundarios, me han encantado Jason y Luke, la verdad es que los cuatro juntos hacen un tándem estupendo. También Robin, con su gusto musical exquisito por los clásicos del Rock. Con Jimena han sido todo risas y me ha recordado a mis tiempos mozos de telenovela.

Es un hecho que Alice siempre toca la fibra sensible. Cuando la leo siento que es como coger una caja de zapatos vacía, meter dentro a personajes entrañables con sentimientos de por medio y situaciones trágicas y complicadas (aunque muy reales) Cierro la caja, la muevo durante un tiempo prudencial y al abrirla encuentro sus historias. Están esos personajes, pero todo ha cambiado. Sus vidas han cambiado, sus sentimientos y emociones son ya muy diferentes y han ido en otras direcciones.
33 razones para volver a verte también ha sido eso, Mike y Rachel (muy bien acompañados) han sido eso y lo he sentido con ellos. Pero la intensidad de transmisión emocional a la que me tiene acostumbrada la autora no la he alcanzado leyendo esta novela, a pesar de que me ha gustado mucho.

La narración es en tercera persona. Personalmente prefiero en primera persona (a poder ser desde la perspectiva de ambos protagonistas) pero aunque el groso mayor está entorno a Rachel y Mike, los personajes secundarios también tienen mucho peso y de esta forma han tenido su protagonismo. El estilo de la autora es, como siempre digo, un cúmulo se emociones que traspasan las páginas y le llegan al lector, aunque es cierto que de lo que llevo leído de Alice es la novela menos intensa. Es especialista en hacer florecer mi sensibilidad mientras la leo y en crear unas frases preciosas que casi me dejan sin reservas de post-it. Cuenta con unos cuantos capítulos cortitos a modo de prólogo, 32 capítulos y un epílogo. Como decía al principio de la reseña, se trata de una serie de tres novelas independientes, por lo que esta historia queda totalmente cerrada.


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