 |
Un hombre para un destino de Vi Keeland y Penelope Ward, un dúo dinámico si me lo preguntan. Una prenda puede generar sensaciones, pero cada vestido de novia cuenta una historia diferente; amor, desamor, traición, muerte equivocación... ó éso es lo que piensa Charlotte Darling, mientras recorre una tienda de ropa de segunda mano en el Upper East Side, esperando vender su propio vestido. El suyo por ejemplo, cuenta la historia de la rata traicionera que resultó ser su prometido... Pero en fin. Después de empezar a creer que el amor verdadero no existe, encontrar una misteriosa nota de un tal Reed Eastwood en un hermoso vestido de novia, se vuelve... esperanzador. Y genera una curiosidad insaciable a la que termina sucumbiendo en una triste noche de tragos. Facebook, se convierte en perfecto cómplice para hallar al autor de ésa romántica nota y Charlotte no desperdicia la perfecta oportunidad que tiene de conocer en persona al señor Eastwood... Aunque no haya sido totalmente consciente al hacerlo. Sólo que al conocerlo la efímera idea que se había echo de él, se hecho a perder; al igual que su compostura, porque terminó llorando a lágrima viva en un baño público después de su desafortunado encuentro. Reed Eastwood, además de un intimidante Adonis, resultó ser un imbécil que de romántico, más bien nada; y por si fuera poco, la única culpable es ella, por rellenar un formulario con las peores de las ocurrencias que pudo imaginar su mente borracha. ... Lo único bueno de su día? El ofrecimiento de trabajo por parte de la amable mujer que la auxilio en ése baño. ¿Surfeo para perros?... en serio? En que pensaba ésa absurda mujer para hacerlo perder su valioso tiempo? Reed, sólo esperó no volverse a cruzar en la vida con Charlotte Darling. Pero al cruzar la puerta de su oficina no tiene tanta suerte, al descubrir que su bondadosa abuela acaba de contratarla como la asistente ejecutiva. |
>
