Dicen que segundas partes nunca fueron buenas pero, que toda regla tiene su excepción, pues en este caso ha sido esta novela; si la primera parte me encantó, esta segunda entrega no se queda atrás Mantiene la misma línea, han pasado cinco años, el mismo protagonista, pero más arriesgado, más dinámico, ya conocemos a los personajes con lo cual sobran las presentaciones, la lectura mucho más ágil y fluida, nada más comenzar toma velocidad y el autor nos dirige al borde del precipicio cuando todavia nos queda mitad de la historia 🤯 a partir de ahí giros, psicología en estado puro y con un final que para mí ha sido un cierre perfecto |