Estoy en un parque y los álamos temblones
parecen meditar una pregunta oscura.
Quizás me liberan del mundo en cámara lentísima.
Árboles de quienes aprender el juego del instante.
Son las cosas que se piensa
cuando hace rato se abandonó la tierra
(y sus objetos protectores),
cuando el beneficio de la duda es un viejo en un banco
esperando el autobús que no tiene destino.