Seré breve: Me lo he fumado. Las 660 páginas de nada que tiene me han durado un par de días —literalmente—porque estaba totalmente enganchada. Con cada capítulo la trama se enreda un poco más. Tú desconfías de todo quisqui. Y no puedes soltar el libro. Os diré que, de entrada, Marcus Goldman no me ha caído especialmente bien, pero al muchacho lo han hecho bueno el resto de personajes. Y es que vaya percal, señores. He aborrecido a una cantidad indecente de gente. Una trama sobresaliente llena de impostores, mentiras, secretos, traiciones, lealtad, amistad, amor —bueno, malo y enfermizo—remordimiento, miserias y, sobre todo, miserables. «Un buen libro es aquel que uno se arrepiente de terminar» |