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La historia está narrada por Marcus Goldman, escritor de éxito en sus horas bajas tras la publicación de su gran novela. Para tratar de recuperar la inspiración viaja a Aurora para estar con su mentor (y también es escritor de éxito) Harry Quebert, pero poco después de su reencuentro explota una polémica que amenaza con enturbiar el nombre de Harry: en su jardín encuentran el cadáver de Nola, una joven de quince años desaparecida en 1975 con la que Quebert tuvo un romance siendo él treintañero. Marcus no tenía conocimiento de esta historia, pero confía en su amigo y quiere defender su nombre, de modo que comienza a investigar por su cuenta y, por supuesto, a escribir una novela para limpiar su nombre. Según avanza la novela vamos conociendo a varios de los habitantes de Aurora, conocedores de parte de la historia acaecida años atrás. La joven camarera enamorada de Harry, su madre ansiosa de tener una hija famosa y su padre cansado de ser ninguneado, el policía que no sacó a la luz toda la verdad, el hombre más rico de la zona y su chófer, los padres de la propia Nola…todos participan con su testimonio en la investigación de Marcus, pero al mismo tiempo todos parecen tener algo que esconder. al mismo tiempo conocemos la historia de Harry y Nola, cómo se conocieron, el avance de su relación, su intención frustrada de fugarse juntos, etc. Y, cuando parece que el misterio se había resuelto, hay un detalle olvidado que hace que la historia de un giro de 180 grados. Quizás por exceso de expectativa me ha parecido una novela algo pobre, que sí cumple con la función de entretenimiento pero no me parece que aporte nada nuevo. Los personajes me parecen sosos, no llegas a empatizar con ninguno y tampoco acabas de creerte su historia (la que menos la de Nola) y al final avanzaba en la lectura como el que se queda delante de la tele viendo una peli de sobremesa, por pereza de levantarte, pero es que en ningún momento ha llegado a engancharme. |
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