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Las primeras páginas son interesantes: un hombre con cuernos que obligan a todo el mundo a ser completamente abiertos con sus pensamientos más oscuros, diciendo todo lo que se les viene a la mente sin filtro alguno. Un problema con el cual me encontré de inmediato fue la aceptación de ésos cuernos; Ig, nuestro protagonista, simplemente sigue su vida como si fuese lo más normal del mundo despertar con un problema así de un día para el otro. Hasta el capítulo doce, Ig va descubriendo sus “nuevos poderes” y qué puede hacer con ellos. Luego, el libro se estanca por la abundancia de descripción innecesaria. Ir y venir entre el pasado y el presente torna la lectura algo densa, aunque es necesario comprender el trasfondo de cada personaje, la construcción de sus relaciones y como sus experiencias pasadas influyen en el YO presente. Cuesta empatizar con algún personaje en particular, puesto que todos son en exceso desagradables; ni siquiera Ig nos deja ver ALGO de sus sentimientos reales, en ningún momento se quiebra o muestra debilidad, un elemento necesario para que el lector pueda sentir determinada conexión con él. Se desarrolla más su acción que su personalidad, y creo que en su caso hubiese sido agradable ver su dolor, su proceso. Creo que lo mejor es el segmento denominado “EL ARREGLADOR” que abarca desde el capítulo 31 hasta el 40; allí podremos desentrañar la mentalidad de nuestro “malvado” y comprender por qué es como es. El nivel de sexualidad del libro es, hasta en un punto, algo molesto. Sí, se comprende que lo reprimido y el deseo son consideradas tentaciones prohibidas, pecados; pero cuando se le da tanta importancia a esa connotación negativa, pasa a tornarse aburrido. Se analiza el morbo, pero se pierde la perspectiva de la narración para darle al sexo el lugar primordial en el ránking de pecados. El papel de la mujer en toda la narrativa es simplemente patético, cosificado, absurdo. Tiene muchas frases interesantes sobre la dicotomía Dios/Diablo, un análisis muy interesante sobre la maldad, puntualizando sobre la naturaleza humana, que es una lucha constante entre el deseo y la moral. El final es descabellado y algo agolpado. Todo se desarrolla de forma retorcida, con algunos momentos en los cuales los sucesos se mezclan y confunden. Esperaba un final más oscuro, majestuoso, infernal. Pero no, todo se desinfla y se soluciona casi con simpleza. Muchas preguntas quedan sin respuesta. Además, sentí que al suceder todo en la misma locación se estancaba y perdía fluidez. No fue mi taza de té, pero como siempre aliento a que lo lean y saquen sus propias conclusiones. Que a mi no me haya gustado no significa que el libro sea malo ni nada por el estilo. Las reseñas son SUBJETIVAS y no están escritas con ningún tinte negativo. Por mi parte, no creo que vuelva a leer algo de Hill en el futuro, definitivamente su estilo no es de mi agrado. Enlace: http://situacioncaprichosa.w.. |
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