La novia ahorcada en el país del viento

Llama poderosamente la atención el saber que un hecho real y aun sin aclarar es el detonante que utiliza Rafael Jiménez para escribir esta novela. Leer en la prensa que desde hace mas de 25 años nadie ha aclarado el caso de aquella chica que apareció un día ahorcada en la localidad costera de Portbou le llevaron a crear unos personajes y una historia en la que plantear como pudieron suceder los hechos que llevaron a esta chica a poner fin a su vida de ese modo.
Asi, Rafael Jiménez nos lleva de la mano junto a Garibaldi, un policía que se ha hecho mediáticamente famoso al evitar un atentado que se iba a producir en Barcelona y escritor venido a más a raiz de ese hecho, y también de la periodista Anna Serra, a intentar esclarecer unos acontecimientos que ocurrieron en 1990 y de los que nadie parece saber nada. En esta investigación, que el policía escritor quiere plasmar en su nueva novela, lo que vamos a descubrir es un mundo de corrupción, de trata de mujeres, prostitución y otros entresijos nada legales en un pueblo en el que todos ocultan algún secreto.

Destaca en esta novela la facilidad con la que nos hacemos con los distintos personajes, con un buen ritmo narrativo, a veces un poco frenético e incluso opresivo, donde hay un fondo de denuncia social y donde vamos a encontrar envidias, maltrato, venganza y odio. Buen retrato del mundo de la prostitución en la zona de la Junquera, llamado el prostíbulo de Europa, donde las mafias de la trata de mujeres y la vinculación de estos negocios con operaciones urbanísticas de dudosa legalidad operan con soltura.

Esta novela cierra una trilogía de libros independientes sobre el odio que iniciara con Inchaurrondo Blues en la que se trataba el tema del odio político, El Blues de Garibaldi sobre el odio religioso y esta sobre el odio a las mujeres, porque en el fondo de esta historia que pudo ser real, lo que hay es un poso de odio a las mujeres, raptadas en su país de origen y vendidas a los prostíbulos como mercancía sin derecho, maltratadas sistemáticamente y relegadas cuando ya no son rentables.

Quizás yo he echado de menos un par de cosas en esta novela, una es la presencia más protagonista de ese viento, la tramontana, que aparece escondido en el título, y que seguro que es un condicionante en la vida de los vecinos de Portbou, como ocurre por ejemplo en Aguacero, de Luis Roso, donde la lluvia es casi omnipresente o en Intemperie de Jesús Carrasco, donde el paisaje puede considerarse un protagonista más. Y otra es que la historia de la chica ahorcada hubiera estado más presente en la novela y hubiéramos conocido algo mas de su vida hasta llegar a ese fatídico desenlace.

El resultado es una buena novela, de lectura amena, con un buen trabajo de documentación y con unos giros que sorprenden. Muy recomendable para pasar un rato de buena lectura.

Cuando terminas te queda una pregunta por responder: ¿y si realmente fué lo que cuenta esta novela lo que le ocurrió a la novia ahorcada? Quizás algún día se descubra la verdad.

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