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Como ya comenté cuando reseñé los dos libros anteriores (La quinta Estación y El portal de los obeliscos), esta es una saga hermosísima, que nos invita a reflexionar sobre temas intensos, como son el orden social establecido, la discriminación hacia el que es diferente, la responsabilidad por los propios actos, entre otras cosas. Además, esta novela en particular profundiza sobre los matices de una relación madre – hija que demuestra ser complicada aunque se encuentren a un mundo de distancia una de la otra. “El cielo de piedra” también nos explica el origen de los comepiedras y los orogenes (las otras dos “especies” de humanos que habitan el planeta) y relata el cataclismo que llevó a que la Tierra decidiera vengarse de la Humanidad con todas esas catástrofes que produce de manera periódica. Incluso nos aclara el por qué de la utilización de la voz narrativa en segunda persona (es perfecto, y la verdad que no me lo había imaginado) Este final de la saga es estremecedor y bellísimo, y ajusta a la perfección con todo lo que se planteó a lo largo de los tres libros. ¿De qué se trata la novela? La Quietud es un continente asolado por terremotos, tsunamis y volcanes. Cada cierto tiempo se produce una catástrofe de mayor envergadura denominada “Estación”, un tiempo en el que el sol desaparece tras nubes de ceniza que desatan un invierno eterno y en el que las leyes de la naturaleza y de los hombres se alteran por completo. Esto ocurre porque, en algún momento del pasado, los humanos hicieron algo que enfadó al Padre Tierra, y ahora este intenta destruirlos generando un cataclismo detrás de otro. Comparten este mundo los humanos "normales", los orogenes (personas con la capacidad de controlar la energía que mueve las placas terrestres) y los comepiedras. Essun, una orogén, ha comprendido finalmente cómo dominar el Portal de los Obeliscos y planea ponerlo en marcha. Para ello, debe llegar a Nucleobase. Al otro lado del mundo, su hija Nassun también ha logrado la capacidad de abrir el Portal, aunque usando métodos diferentes a los de su madre. Mientras tanto, la Luna se acerca a la órbita de la Tierra. Madre e hija tienen ahora el poder de utilizarla, pero sus objetivos son diferentes. Essun desea aplacar al Padre Tierra y crear un mundo pacífico en el que convivan humanos, orogenes y comepiedras. Nassun piensa que la Humanidad ha demostrado demasiadas veces que merece ser destruida. Y ella está dispuesta a hacerlo. La trilogía entera respira magia y ciencia ficción entremezcladas y fue sin dudas mi mejor lectura del año 2019. La amé, y súper recomiendo cada uno de los libros. |
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