Otra vuelta de tuerca

Todo comienza con una reunión de amigos alrededor de una chimenea en una mansión victoriana.
Es el Sr. Douglas quien dirige la velada de la reunión contando una historia que produce intranquilidad y desasosiego. Es más, la historia la contará a través del testimonio escrito por la propia protagonista, una institutriz que se encargó del cuidado y educación de dos niños: Miles y Flora de diez y ocho años.
En un principio todo es normal, sin embargo, pronto comenzarán los problemas. Especialmente cuando empieza a ver misteriosas apariciones.

Una historia narrada en primera persona por la protagonista, por lo que el lector sólo ve un punto de vista de lo que ocurre. Con una ambientación y una atmósfera oscura que crea un halo misterioso estupendo.

El estilo narrativo del autor es bastante descriptivo con frases muy largas, un lenguaje de la época y en muchas ocasiones un tanto repetitivo.

Una historia que al principio atrapa, pero que luego desconcierta, ya que parece que no se sabe exactamente muy bien lo que está ocurriendo y el autor tampoco lo deja claro, puede que de forma intencionada.
Una novela de terror psicológico donde la protagonista no sabe que es lo que ocurre, si es verdad o no lo que ve y todo lo que rodea a esos niños y a a mansión. El título muy apropiado, ya que le di varias vueltas a la historia para intentar entender qué es lo que el autor pretende contar y transmitir.
Así pues, creo que el autor juega con el lector, ya que juega con lo ambiguo, la sospecha, la incertidumbre, entre lo que es real o no, o quizá es la protagonista quien cree verlo o lo ve realmente.

Personalmente el estilo del autor no me gustó y es por eso que se hizo pesado a pesar de su corta longitud. Aunque tengo que reconocer que la psicología de la protagonista está muy bien lograda y lo que cuenta deja al lector con una gran incertidumbre de todo.
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