Teniendo cero aguante a los relatos de miedo, agradecí mucho que la autora se fuera por otro lado, y dejara un libro que trata más la salud mental, y es más actual de lo que parece. No es la tradicional novela de casa encantada, hay una evolución clara del personaje de Eleanor, que se convierte en el centro de todo. Las relaciones entre los habitantes de Hill House son clave en la historia. Cabe también cierto grado de humor, y los diálogos son de lo mejorcito. Hill House es más un Gran Hermano tétrico con la salud mental en el centro, que una historia de fantasmas, y merece la pena. |