Un clásico de las casas encantadas. La autora invierte una parte importante del principio de la novela en caracterizar a los personajes sobre todo a la protagonista. Porque necesitamos entender de donde viene, sus complejos y preocupaciones para entender como la casa va a afectarla. Y sí, tarda en entrar en materia pero ¡ay, cuando lo hace! Cuando llega a los momentos de terror, estos son inigualables. Absolutamente paralizantes. Además consigue una ambientación logradísima. Me paseé por el interior de la casa, sentí sus olores, los cambios de temperatura, su estructura laberíntica… Siempre digo que creo que lo verdaderamente notable de Shirley Jackson es su manera de contar las cosas. Maestra en generar sensaciones en el lector, en mi caso consigue que termine la experiencia sintiéndome incluida en la historia, a veces confusa pero siempre maravillada. |