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Un precursor para todo el género de casas embrujadas y mujeres descendiendo en espirales enmohecidas hacia la locura, pero muy lento en ocasiones y a veces hasta ridículo en el rubro de los diálogos. Hay cierta coquetería y travesura en las conversaciones, muy buen oído para la musicalidad, pero todo es demasiado quirky y repetitivo en los diálogos y hasta infantil. Hay pasajes excelentes, los primeros dos párrafos son icónicos y han pasado a la historia, pero todos los personajes me cayeron mal y Theodora me pareció hasta grosera; creí que el embrujo de la casa era que Nell oía y veía cosas que no eran reales. El clímax, me parece, le faltó un poco de punch. La prosa es maravillosa, usa recursos como repeticiones con maestría, la atmósfera de locura opresiva en ciernes está muy bien. No es horror, apenas terror psicológico. Pero todas las obras que vinieron después están paradas sobre sus hombros. 📣 “When she stood still in the middle of the room the pressing silence of Hill House came back all around her. I am like a small creature swallowed whole by a monster, she thought, and the monster feels my tiny little movements inside. “No,” she said aloud, and the one word echoed.” |
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