Nunca me abandones

Una novela apasionante.

Kathy H. registra sus recuerdos cronológicamente; comienza por su infancia, adolescencia y termina con su adultez. En cada una de estas etapas nos cuenta su historia, su visión tan humana como cualquier otra, pero anodina ante el interés deshumanizado del mundo que habita. Ella presenta a sus más amados compañeros y personajes resonantes en una Inglaterra que está a las puertas del siglo XXI, con unos intereses científicos bien particulares.

Ahora bien, la personalización que realiza Kazuo Ishiguro de esta réplica me sorprendió en gran medida por los detalles que se reserva, y eso para una persona tan metódica y ansiosa como yo hacía que siempre me viera en la célebre necesidad de regresar a sus páginas. La novela se basa en los sentimientos de seres artificiales, así que yo esperaba encontrar la carga de verosimilitud en todo este universo en cualquier momento, pero se aplazaba y se iba dando paulatinamente entre los atisbos que permitía su protagonista. Yo quería saber las reglas del juego, hasta dónde llegaba la invención de Ishiguro, cuáles eran los límites de todo el asunto para poder hacer conjeturas al respecto y aburrirme, pero no fue así.

De cualquier modo, creo que lo anterior fue precisamente aquello que configuró el elemento envolvente de la a novela para mí; descubrí una representación psicológica a gran escala. Cuando leía era como si Kathy H. hubiera prestado su pluma, como si pudiera estar allí afuera, como cualquiera de nosotros, como si tuviera una cuenta en esta o en cualquier otra red social. Parece tonto, pero así sentí sus palabras y su personalidad, tan reales como este mundo irrisorio lo permite.