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Aún estoy asimilando la historia que acabo de terminar y ya he decidido que se va a convertir en una de mis favoritas. La intensidad con la que está contada es imposible que deje a nadie indiferente. No importa si no te gustan las historias fantásticas: ésta, a pesar de la ambientación, es una historia de realidades, de personajes reales o que puedes conocer en tu vida o puede que incluso te veas retratad@ en ellos. Lynne es con diferencia el personaje que más destaca, más que nada porque es muy difícil encontrar en la literatura juvenil o fantástica juvenil a una protagonista femenina con un pasado como el suyo, algo que sin duda tiene una incidencia tremenda en su forma de ser, de actuar y de afrontar todo lo que le va pasando. Tiene una manera muy particular de ver las adversidades y su mejor defensa es hacer ver a todos que no siente nada, que es más fuerte que los demás porque nadie puede hacerle daño y porque cree firmemente que su futuro sólo depende de ella misma. Para mí, Lynne no es la chica de turno de la historia, Lynne es la historia. Arthmael no se queda para atrás, aunque su personaje puede parecer muy típico al principio: un principito seguro de sí mismo, arrogante, con debilidad por las mujeres fáciles y de una noche y al que le ponen el primer obstáculo en su vida, un hermanastro mayor que él, que pese a ser bastardo, es considerado mejor opción para reinar. Y eso a Arthmael le toca en el amor propio y decide salir en busca de damiselas en apuros a las que salvar para ganarse un nombre, a la gente y la corona. Y se encuentra con Lynne, que resulta ser de todo menos una damisela en apuros. Hasta ahí ya podríamos tener una historia lo suficientemente interesante con el encuentro de estos dos, pero necesitamos el tercer pilar para equilibrar todo: Hazan. ¿Qué decir de él? Quizás es al que menos lleguemos a conocer en Sueños de Piedra, porque no hay capítulos contados desde su punto de vista, y también puede que sea el personaje que menos evolución tiene, pero es que tiene sólo 14 años y su situación es muy distinta a la de sus compañeros. Hazan es un estudiante de magia al que expulsan por su evidente falta de talento para las artes mágicas, no se siente para nada seguro de sí mismo y eso hace que su magia funcione todavía peor. Su misión es encontrar una cura para su hermana y provocar los menos accidentes posibles por el camino. Hacía mucho que no me veía sufriendo, emocionándome e ilusionándome tanto por lo que le pasara a un personaje. Lynne, sin duda, ha pasado a estar en mi top de protagonistas preferidas, a la altura de Katniss en Los juegos del Hambre o Stirling en Dreaming Spires de Victoria Álvarez (y no puede haber tres chicas más diferentes entre sí). Esta aventura se quedará conmigo mucho tiempo, y me va a costar disfrutar de mi próxima lectura porque sigo rumiando todo lo que les ha pasado a estas tres “marabiliosas” personas, pero me alegro mucho muchísimo de que, de vez en cuando, un libro sobresalga por encima de otros por todo lo que consigue provocar en mí, incluso después de haberlo terminado. Os animo mucho, muchísimo, a leerlo en cuanto tengáis la oportunidad, porque es de estos libros que ojalá aún no me hubiera leído para poder volverlo a leer como la primera vez. Enlace: http://enmitiempolibro.blogs.. |
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