La hora de las gaviotas

Leída en una lectura conjunta del Club el jardín de los libros, donde estamos contando con los comentarios de Ibon Martín. ¡Muy cercano y simpático! El próximo jueves comentaremos la meta final.

Vivo a 120 kilómetros de Hondarribia y conocía los conflictos que se producen cada año en el Alarde entre el desfile tradicional y el de la compañía mixta. Me ha parecido un acierto que el libro arranque en ese momento tan tenso que se viene repitiendo cada 8 de septiembre desde mediados los años 90. Lo que no suele aparecer en la ETB ni en la prensa es cómo conviven un@s y otr@s en Hondarribia todos los días del año...

En la novela volvemos a acompañar a Ane Cestero, Julia, Aitor… y a Madrazo, que en esta ocasión camina solo, en una trama que se divide, se expande y fluctúa en torno a reivindicaciones en contra del machismo y del odio. Todo va fluyendo de forma continua y sin grandes acelerones hasta que en el último tercio el ritmo se dispara hasta desembocar en un desenlace sorprendente que fui incapaz de predecir.

El mayor problema de la hora de las gaviotas quizá sea entrar en comparaciones con La danza de los tulipanes, que puso el listón muy alto. Las gaviotas también vuelan a gran altura, pero en mi opinión no han alcanzado el nivelazo de los tulipanes.

En cualquier caso estamos ante una magnífica saga que volverá a dar mucho que hablar. No soy muy fan del vino, pero mientras esperamos a que Ibon escriba la siguiente invito a una ronda virtual del txakolí que aparece en la novela. Yo me pido un café... para seguir leyendo por la noche.