La hora de las gaviotas

Ya asistimos al primer caso de Ane Cestero con "La danza de los tulipanes" y como veo importante señalarlo, no; no hace falta haber leído aquel para disfrutar de la novela que vengo a presentaros.

Me parece muy valiente que el autor haya escogido un tema tan polémico como el Alarde de Hondarribia para iniciar ésta novela. La tradición decía que en el desfile solo los hombres pueden vestir como soldados, por lo que desde hace años se realizan dos exhibiciones separadas para poder dar cabida a un desfile mixto, donde hombres y mujeres portan uniformes con el mismo sentimiento.

Pues bien. En nuestra historia, es justo ahí donde comienzan las tensiones. El apego por la tradición y el odio en su punto mas álgido. Todos los crímenes tienen tintes machistas pero no hay una dirección única que señale a un sospechoso, ya que las dispares opiniones en el pueblo lo convierten en un caso tenso y difícil de resolver. ¿Y qué ocurre cuando la persona encargada de la investigación... resulta ser una mujer? Exacto. Cestero va a vivir en su propia piel el acoso de aquellos que se niegan a vernos con equidad.

Enseguida notas que hay mucho trabajo detrás, es una novela compleja que tiene muy claro a dónde quiere llegar pero para ello no descuida ningún detalle. Ni los personajes, ni la trama, y muchísimo menos la fantástica ambientación.

El elenco protagonista lo componen la subinspectora Ane Cestero y la Unidad de Homicidios de Impacto, a quienes acompañan los diferentes testigos y sospechosos y ese personaje 'intruso' pero necesario que son las dichosas gaviotas. Parecen llegar a tiempo, verlo todo, señalar el mal.

Mi impresión durante su lectura ha sido que tiene un arranque lento, incluso complicado para el tipo de ritmo que se espera en un thriller. Pero a medida que avanza todo esto queda superado y al fin aparecen esos ingredientes que me faltaban. Hay tensión, crímenes inesperados, motivaciones escondidas... y odio, muchísimo odio. Se agradece que todo vaya in crescendo, y al final la sensación es de haber leído una novela magistralmente estructurada.

Era la primera vez que leo a Ibon Martín, pero me ha gustado tanto que no descarto retroceder a su anterior novela y, por supuesto, unirme a la legión de fans que ya esperan ansiosos la próxima investigación de Ane Cestero.
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