La danza de los tulipanes

Esta vez empezaré por lo que suelo dejar para el final: la edición. El libro está publicado por Plaza&Janes, El grupo editorial Penguin Random House y hay que decir que resulta imposible ignorarlo. Ya la portada con ese efecto lluvia llama la atención, pero por dentro las dos partes de la portada se despliegan, una para enseñarnos el mapa de los sucesos y otra para presentarnos un tulipán rojo. Una edición preciosa.
Ahora el contenido. Primero a los que habéis leído las anteriores novelas del autor os quiero decir que en esta nueva entrega, desconecta de la serie sobre Leire Altuna, la valiente escritora tiene un cameo. al igual que los parajes del Pais Vasco parece formar parte del universo obligatorio para una novela de Martín. Diría que las similitudes se acaban aquí. Esta nueva novela me parece ser más ambiciosa que las anteriores. No me entendáis mal: me gustó mucho “El faro del silnecio”, pero aquí, a parte de un trama que nos atrapa por completo, podemos disfrutar de unas descripciones muy literarias, muy cuidadas. El estilo del autor va ganando con cada libro.
No os puedo contar mucho del trama para no estropearos varias sorpresas. La periodista muy popular en Gernika está asesinada frente a la cámara y todo el suceso está transmitido por Facebook. Ertzaintza se ve forzada a crear una Unidad Especial de Homicidios de Impacto. Frente a ese nuevo organismo está Ane Cestero. A lo largo de la novela no solo seguimos los avances en la investigación del Asesino de Tulipán, pero también los problemas personales de los policías implicados en la investigación, de la gente que está involucrada en el caso y de un turbio misterio en uno de los monasterios locales en el año 1979. Todo esto esta muy bien hilado y nos hace desear solucionar el puzzle cuanto antés. Y cuando llegamos al final todo tiene sentido. El asesino resulta ser uno de los sospechosos que pudimos identificar (no hay nada de ocultar pistas ante el lector y presentarle un final inverosímil). El motivo del asesinato de puede sospechar antes de que lo pronuncie claramente la policía, pero no creo que es el fallo, es el truco que usa el autor para hacernos preguntar por más tiempo: ¿Quién es el Asesino del Tulipán?