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Daisy Mason desaparece durante una fiesta familiar en un barrio tranquilo y adinerado. Todos los compañeros y vecinos de los Mason lo estaban pasando en grande. Nadie se explica que ha podido ocurrir. ¿Su familia es perfecta o tan solo juegan a serlo? Me encantan los libros de desapariciones, siento que hay muchísima más intriga que en un asesinato. Así que esperaba que se centrara más en la desaparición. Sin embargo, la novela comienza precipitadamente una vez terminada la fiesta y percatándose de la falta de Daisy. El pasado y los preparativos previos los conoceremos a través de pequeños flashbacks. La investigación policial tiene un gran peso en el libro, y se intercala con la narración de fragmentos de entrevistas, noticias, ruedas de prensa y lo que más me ha gustado, tuits que relatan como vive la sociedad los hechos. La única pega que le he encontrado es que no me ha hecho sospechar de nadie. El círculo de sospechosos desde un principio queda muy reducido, la intriga en ese aspecto es nula porque la autora lo que pretende es jugar con la motivación que hay detrás de la desaparición, no con el culpable. Un libro que aun así he disfrutado muchísimo, con algunos giros bastante buenos. No es la novela del año, pero sino tenéis nada más que leer está bien. Como parte negativa y poniéndome quisquillosa, me da la sensación de que para tratarse de una niña tan pequeña se le atribuyen hechos y pensamientos que corresponden a alguien mucho mayor. |
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