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“Mi madre habría sido más feliz si yo no hubiera nacido”. Con estas desgarradoras palabras comienza el que, para mí, es el libro más íntimo de Máximo Huerta. Un recorrido duro y doloroso a lo largo de la vida del autor, donde se desnuda por completo frente al lector y muestra toda su vulnerabilidad. Hace falta ser muy valiente para mostrar episodios vitales que uno guarda en el fondo del cajón. Y Máximo los ha sacado uno a uno, con gran maestría, con delicadeza a veces y otras, de forma atropellada. Adiós pequeño es un libro de despedidas, de balance, de comprensión y reconciliación (con uno mismo y con el entorno). Es innegable que te verás reflejado en algún momento, en alguna de las situaciones que describe, sobre todo si compartes edad y recuerdos. Con una prosa poética que, por momentos, te encoge y te pellizca el corazón, es un libro que recomiendo solo a aquellos que están dispuestos a enfrentarse a la incomodidad, a la melancolía de la infancia y a la honestidad que requiere hacer balance de toda una vida. Si además lo escuchas narrado por el autor, la emoción es superlativa. Gracias Máximo por tu generosidad y apertura. Por demostrar que escribir es una terapia para el alma y que los silencios, aunque incómodos a veces, también esconden un mensaje valioso. |