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El comienzo de este libro es normalito, no deja entrever lo que nos vamos a encontrar. Me voy a explicar. Todo comienza con Susan, una editora de una editorial que ha ido creciendo con los años gracias a su autor estrella Alan Conway y su saga de libros sobre los casos de Atticus Pünd, un detective que en su excentricidad puede recordar a Poirot, pero con un pasado más interesante. Cuando Susan recibe el último manuscrito de su escritor para revisar se da cuenta de que faltan algunos capítulos al final. ¿Qué es lo más interesante de este libro? 1- Leeremos el manuscrito de “Sangre de urraca” junto a Susan. Esto es literal. Si tenéis la edición en papel veréis que la tipografía cambia para asimilarse a las máquinas de escribir, es decir que vamos a leer una historia que está dentro de otra. 2- Las continuas referencias a Agatha Christie 3- La relación entre ambas historias 4- La canción infantil sobre las Urracas (otro homenaje a Agatha). Hace mucho que me aprendí esta canción y me la he encontrado en diversos libros ya. Cuando la leáis veréis vuestro mundo Urraquil cambiará para siempre y no podréis dejar de contarlas 😉 Como podéis intuir de los puntos anteriores, el formato del libro es bastante peculiar y original. Es más, la parte de “ficción” dentro del libro, era como estar leyendo un libro de Agatha. A pesar de esto, se me ha hecho un poco pesado y aunque las historias y la manera de hilarlas me ha gustado, no ha conseguido engancharme y despertar el gusanillo de querer seguir leyendo. Quizás con algunas páginas menos sobre la historia en la realidad de Susan hubiera sido más interesante. Aun así, volveré a leer al autor ya que su estilo me ha gustado. |
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