A veces lo único que necesitas es tener a alguien agradable a tu lado mientras lidias con las cosas.
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A veces lo único que necesitas es tener a alguien agradable a tu lado mientras lidias con las cosas.
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Si alguien te pregunta cómo estás, en teoría tienes que decir sin más "bien". No esperan que digas que anoche te quedaste dormida llorando porque llevabas dos días seguidos sin hablar con otra persona. "Bien" es lo que se espera de ti.
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El tiempo solo sirve para limar el dolor de la pérdida, pero no lo borra del todo.
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Supongo que una de las razones que nos permiten continuar nuestra existencia durante el tiempo que se nos asigna en este valle de lágrimas verdiazul es que siempre, por remota que parezca, existe la posibilidad del cambio.
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La impuntualidad me parece de una mala educación insoportable; es una falta de respeto absoluta que implica a las claras que te consideras, a ti y a tu tiempo, mucho más valioso que la otra persona.
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Una vez que entiendes que no necesitas a nadie, puedes ocuparte de ti mismo.
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En la oficina flotaba esa sensación palpable de alegría de viernes, todo el mundo comulgando con la mentira de que el fin de semana sería fascinante y, la siguiente, el trabajo sería mejor, distinto. Nunca aprenden.
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Me he fijado en que, por lo general, la gente que usa ropa deportiva con más asiduidad es la que tiene menos probabilidad de participar en actividades atléticas.
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La unión sexual entre amantes debería ser algo privado y sagrado, no un tema de discusión con desconocidas ante una muestra de lencería comestible.
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Es muy aterrador pensar en las ideas que he podido absorber de mamá.
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?