El príncipe cruel

CHILLO. MUY. FUErte.

Me calmo, me intento calmar. Llevo topándome con estos libros por todas partes desde que se tradujo el primero en España y no me llamaban nada la atención a pesar de las tropecientas opiniones positivas, emocionadas y fangirleadoras. Las hadas/faes/lo que sea nunca han terminado de llamarme la atención, ni siquiera puedo comprender la razón y todo el hype que rodeaba a esta trilogía me tenía un poco hasta el moño porque, cada vez que abría Instagram, había alguien hablando de uno de ellos, constantemente. Y pues una se cansa y lo aborrece sin intentarlo siquiera. Pero oh. OH. Creo que no he podido acabar más prendada.

No sé si habrán sido las expectativas, que estaban bastante enterradas (antes de que en las últimas semanas alguien me las inflara, también es verdad), o el hecho de que no me esperaba absolutamente nada de la trama, no sabía ni quiénes eran los protagonistas de los que tanto había oído hablar, ni en qué lugar se desenvolvía la historia, ni en qué clase de fantasía se encuadra... Nada. Si es que me sorprendí desde la primera página con un detalle que pensaba que iba a ser de otra manera. Bueno, miento, hubo un aspecto que los lectores lo hacen de "dominio público" que me habría gustado ir conociéndolo por mí misma, básicamente porque es un hecho que ni pasa en este primer libro, solo sueltan pinceladas. El caso, que lo mejor es ir a ciegas con esta historia, considero que se puede disfrutar muchísimo más de esa manera, sorprendiendo y embelesándose junto a la preciosa prosa de Holly Black y sus personajes.

Ay, la fantasía oscura, el bosque, las hadas que no pueden mentir pero hacen daño igualmente, las subtramas que no parecen llevar a ninguna parte pero enganchan que no hay manera, los personajes... Mierda, es que los personajes me han podido, son... son... Me encantan. Es que no sé de qué otra manera explicarlo sin hablar de ellos y no revelar cosas. Jude es una pasada de protagonista, es humana, es fuerte, es valiente, a ratos no sabe bien lo que quiere, pero intenta buscarlo y conseguirlo cuando lo descubre, está perdida en ocasiones, a ratos lo muestra y a ratos encierra sus emociones, algunas veces le hacen daño y se venga, otras es ella quien mete la pata. Pero en todas las variedades y situaciones, sigue siendo ella, su esencia, un pequeño huracán que va ganando fuerza conforme la historia avanza y está dispuesta a arrasar con todo lo que se le ponga por delante, aunque las circunstancias cambien más que una veleta en medio de un tornado.

Y... otros personajes sí, pero cambian tanto a lo largo de los capítulos, cambian tanto las emociones dentro del lector, que ni siquiera me veo capaz de hablar de ellos sin empezar a soltar quince spoilers por frase. Que tampoco serían spoilers, pero lo dicho: necesitan ser conocidos por el propio lector, sin siquiera imágenes etéreas de lo que son al principio y lo que cambian después. Solo que sorprenden, enganchan, a veces son difíciles de entender, pero de esos que quieres desentrañar hasta el más mínimo secreto de sus personalidades.

La trama podría decirse que es casi inexistente, en más de la mitad del libro no pasa nada que tenga un hilo conductor, solo son sucesos, uno tras de otro, de la vida de Jude, de decisiones que toma que son válidas en el momento y más tarde no se enlazan con nuevos detalles, sucesos que pasan sin más... pero tiene esa clase de fantasía, de poder en los personajes, que es difícil despegarse de sus páginas una vez inicias un capítulo, porque te muestra más y más, te hace querer saber más de lo que va a suceder a continuación o de las consecuencias que determinado acto va a tener para la protagonista. Aunque después se pierda entre el resto de la historia: en ese momento resulta necesario seguir conociendo.

Y, una vez inicia la movida, ya no hay quien pare. No voy a entrar en sensaciones ni detalles, básicamente porque todo lo que ha pasado ha sido tan inesperado que flipaba a cada capítulo. La autora entremezcla perfectamente la acción con los momentos de calma, sin que ninguna de las dos resulte innecesaria o cansina, se suceden las escenas con esa manera tan magnética y atrayente de la primera mitad, pero esta vez con un hilo conductor que hace necesario terminar el libro cuanto antes para poder saber. También es verdad que el final es abierto, pero a la vez no deja en un cliffhanger que chilla por su segunda parte, según lo que he ido viendo a lo largo de los chillidos de la gente, la autora se lo ha guardado para el segundo libro. Que ahora necesito de todas formas, obviamente.