Whisky

Se podría decir de “Whisky” que es casi una saga familiar a pesar de que no llega a las trescientas páginas.

Narra la historia a tres tiempos de Pork y Peg y sus hijos Andre y Smoker, lo que se extiende también a sus parejas. Que la novela parte de una suerte de búsqueda guiada por la violencia y la sin razón de la sobrina/hija de Andre y Smoker es lo de menos, solo es una excusa para todo lo demás, para adentrarnos en una familia para que el adjetivo “disfuncional” se queda corto, para adultos que crecieron salvajes rodeados de unos padres alcohólicos y caóticos.

Muchas novelas se enfarragan con párrafos y párrafos descriptivos de los personajes para acabar generando una impresión tras otra de clichés. Holbert es todo lo contrario, con muy poco, crea personajes complejos, estructurados, llenos de aristas, punzantes… y eso demuestra una maestría en la escritura absolutamente envidiable (y admirable). Estos personajes constituyen el epicentro de una gran tragedia y es que están marcados por una suerte de destino inamovible dictado por sus ancestros, por su entorno, por la sangre, por la incomunicación y el constante daño físico y emocional que causan precisamente en aquellos que quieren. Contradictorio como la misma humanidad. Y no pueden escapar de la tragedia por mucho que lo intenten como Andre, estudiando, trabajando o tratando de formar una familia “normalizada”.

Final a la altura del tono de todo el relato, no diré más.

Ganas de leer más del autor, espero la editorial se anime con más títulos.