El jardín secreto

Enfrentarse a un clásico a veces intimida, pero el trabajo que están haciendo editoriales como Alma invita a asomarse a historias que siguen vivas con el paso del tiempo, que forman parte de la historia de la literatura.

Si algo me ha sorprendido en esta novela ha sido el mensaje: el poder que tienen nuestros pensamientos, cómo pueden hundirnos en la más absoluta oscuridad o sacarnos a la luz. Una certeza actual que desconocía que ya estuviera tan presente en 1910 (año en el que se publicó por primera vez El jardín secreto) como para desarrollar una novela que girara en torno a esta idea.

Partiendo de unos personajes antipáticos y un ambiente triste, oscuro e incluso a veces hostil, Frances Hodgson Burnett hace florecer, no solo el jardín secreto protagonista de esta historia, sino también a ese elenco proporcionándole una evolución notable fruto de su exposición a la naturaleza y sus bondades, de la creación de nuevos lazos afectivos y de la ilusión.

El duelo, el valor de la amistad y la capacidad de superación que todos llevamos dentro son los tres pilares sobre los que se construye esta novela.

Albert Camus afirmaba que es en medio del invierno cuando descubrimos que dentro de nosotros hay un verano invencible y esta novela viene a recordárnoslo.
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