El verano de los juguetes muertos

¡Me encantó! El libro se divide por días desde "ayer" pasando por "miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo" y terminando en "hoy" completando así una semana. Una semana donde se investigan dos casos complicados, sin pista alguna. El inspector Salgado tiene entre manos un intrincado caso tanto personal como en el ámbito profesional y se tiene que aventurar a fuerza mayor en un segundo caso. Lo que él pensaba que iba a ser fácil y que la respuesta la tenía a simple vista no era ni por asomo lo que se encontró. Se topó con una historia macabra de una mente enferma que empezó hace muchos años atrás.
Mientras van pasando los días se descubren pistas cruciales dando forma a un puzzle que parece imposible completar hasta llegar a la parte final donde explota todo. Debido a la intriga y a la fluida narración, mis ojos volaban leyendo las líneas de esta historia y, a veces tenía que volver atrás porque me saltaba palabras movida por la intriga de averiguar más pistas y resolver la incógnita junto con el inspector Salgado y la inspectora Castro.
Pero, a parte de las investigaciones con los casos, también te dan a conocer las vidas personales de los personajes, sus inquietudes y problemas para así poder conocerlos mejor y que no sean solo cáscaras vacías que corren detrás de los maleantes. Unos datos muy importantes para construir una idea en tu cabeza y empatizar con ellos, a la vez que sirven para dar paso a la segunda entrega de la trilogía del Inspector Salgado.
El misterio del verano de los juguetes muertos se resuelve impecablemente, hilando cada parte y formando una serie de acontecimientos que jamás me hubiera esperado. Me sorprendió todo.
Sin embargo, deja en el aire otro misterio que envuelve solamente al inspector Salgado, abriendo las compuertas del segundo libro de la trilogía que espero poder leer pronto.