—Hemos oído hablar de usted en Estados Unidos, señor. Pero creo que aún le queda mucho por emular a Sherlock Holmes o ya habría encontrado al asesino de Charmian Karslake. Stoddart no movió un músculo de su rostro. —Debe darnos tiempo, Mr. Juggs. Las cosas no son tan sencillas en la vida real como en las novelas policíacas. |