La chica del tren

Según comenzamos la novela, cuesta un poco meterse en la trama de la historia debido a que tienes que entender la estructura del libro.

El libro no se divide por un número de capítulos como estamos acostumbrados, sino por breves capítulos con el nombre de 3 de los personajes de la novela (Rachel, Megan y Anna). En cada capítulo, se nos presenta el punto de vista del personaje, haciéndonos ver la historia en primera persona dentro del papel que tiene este. Además encontramos, que en algunos también, se nos da la hora y un fragmento temporal (mañana o tarde) para que vayas situando en la historia los hechos que se narran tanto del pasado como del presente.

La forma de estructurar los capítulos me ha parecido muy interesante y original. Cuando lees un libro, estas acostumbrado a encontrarte un número de capítulos y conforme avanzas, vas descubriendo más elementos de la historia, que hasta ese punto desconocías. Pero, el poder ver una misma historia narrada desde el punto de vista de tres de los personajes principales se me ha hecho muy adictivo. Según avanzaba en la historia quería saber si lo que había hecho un personaje condicionaba a otro. Quería intentar construir la historia dándole yo misma a cada personaje un papel en ella.

Respecto al argumento de la novela, me ha parecido muy interesante y llamativo. La historia en todo momento va cambiando, no sabes que enfoque va a tener o si va a realizar un giro inesperado. Esto se debe, como comentaba anteriormente, al juego que nos plantea la autora, con los capítulos narrados desde el punto de vista de cada personaje. Te obliga a construir la historia con la información que cada personaje te va dando en cada uno de sus capítulos.

Me he sentido como una detective durante toda lectura y aun así, cuando ha llegado el final la autora me la ha jugado y me ha engañado porque no me lo esperaba para nada.

Podría decirse que he devorado este libro porque cuando me he querido dar cuenta lo había terminado. La narración es rápida y dinámica. Una vez que empieces a adentrarte en la historia no podrás parar.

Los personajes están muy bien definidos, presentan unas personalidades y unos rasgos muy reales, tanto que podrías llegar a compararlos con alguna persona que conozcas en la vida real. Cada uno nos enseña su manera de ver la vida y su forma de pensar.

La novela también nos plantea algunos temas para reflexionar durante la lectura, como que todos nosotros vivimos malas rachas y penurias. Nada es lo que parece ni nadie vive una vida feliz y perfecta. E incluso que nunca terminas de conocer a una persona del todo.
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