Me encantan esos libros de segunda mano que se abren por aquella página que su anterior propietario leía más a menudo.
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Me encantan esos libros de segunda mano que se abren por aquella página que su anterior propietario leía más a menudo.
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Confío en que tú y Nora hayáis disfrutado de unas buenas vacaciones. Yo he pasado las mías en Central Park, porque Joey, mi querido dentista, me ha concedido también un mes de descanso (se fue de viaje de luna de miel..., una luna de miel que yo he financiado en gran parte). ¿Te conté que la primavera pasada me dijo que tenía que ponerme fundas en todos mis dientes o arrancármelos? Yo me decidí por las fundas..., porque me he acostumbrado a tener dientes. Pero el importe del arreglo es astronómico. Así que Isabel va a tener que subir al trono sin mí: la única coronación a la que voy a poder asistir en los dos próximos años, me temo que será la de mis dientes.
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Es muy consolador sentir que hay alguien a muchísimos kilómetros de distancia capaz de ser tan generosa y amable con personas a las que ni siquiera conoce.
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... es, sin lugar a dudas, el libro más hermoso que poseo, incluida mi primera edición de Newman. Parece tan nuevo y tan flamante como si nadie lo hubiera hojeado nunca, pero alguien lo ha leído: se abre espontáneamente por sus pasajes más bellos, y el fantasma de su anterior propietario me señala párrafos que jamás he leído antes.
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Un periodista que conozco, que estuvo destinado en Londres durante la guerra, dice que los turistas viajan a Inglaterra con ideas preconcebidas y que por eso encuentran exactamente lo que buscan. Yo le expliqué que me gustaría ir en busca de la Inglaterra de la literatura inglesa, y me respondió: «Pues está allí, sí.»
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Tienen fuera unos expositores, y me paré a hojear unas cuantas cosas simplemente para asumir la apariencia de una amante de los libros antes de pasar al interior. Dentro está oscuro: hueles los libros antes de poder verlos; un olor de lo más agradable. No soy capaz de describírtelo, pero es una combinación de moho, polvo y vejez, de paredes revestidas de madera y suelo entarimado.
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Me encantan esos libros de segunda mano que se abren por aquella página que su anterior propietario leía más a menudo.
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¿Por qué será que personas a las que jamás se les pasaría por la imaginación robar nada encuentran perfectamente lícito robar libros?
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Los libros llegaron bien, y el de Stevenson es tan bello que hasta abochorna un poco a mis estanterías hechas con cajas de naranjas. Casi temo tocar esas páginas de tacto tan suave que semejan de pergamino y de un fuerte color crema [...] jamás supuse que un libro así pudiera proporcionar un placer tan gozoso al sentido del tacto.
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Te asombrará saber de alguien como yo, que odia las novelas, que he acabado atreviéndome con Jane Austen y que me he apasionado tanto con Orgullo y prejuicio.
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La leyenda de Sleepy Hollow es un relato corto de terror y romanticismo, se desarrolla en los alrededores de...