A todos los chicos de los que me enamoré

A todos los chicos de los que me enamoré nos adentra en la vida de Lara Jean, una romántica empedernida; enamorada de la idea del amor, una chica dulce que quiere a su familia —Su padre y sus dos hermanas: Margo y Kitty— con todo su corazón. Pero también, es quizás, la más teatral de todas las protagonistas de romance que alguna vez haya leído.

Lara Jean podría pasar por cualquier protagonista tímida, sin experiencia que se enamora del chico popular del colegio, pero nuestra chica se lleva un premio a la coquetería.

Ella escribe CINCO cartas de amor para cinco chicos diferentes. Cada uno una cualidad que los hace merecedores de tal detalle, se explica nuestra protagonista, junto su razón de porqué escribir cartas de amor y no enviarlas. Cada uno de estos chicos de los cuales se ha enamorado en un momento u otro de su vida tienen nombre, por su puesto, pero vamos a tomar sólo a dos; quienes son los más relevantes en este primer libro (A todos los chicos de los que me enamoré es una trilogía)

Josh: él fue su primer amor, su vecino, amigo de la infancia y novio de su hermana mayor, Margo. ¿Así o más jodida la cosa?

Y Petter Kavinsky: ella se enamoró de él después de que este le robara un beso de niños. También es un atleta consumado, el chico popular por el que todas las chicas suspiran, y, como para enterrarla aún más a nuestra chica, Petter K es el novio de su ex mejor amiga.

La trama comienza con la inesperada ruptura de Margo y Josh, por la partida de esta a estudiar a Escocia. Nadie se lo esperaba, mucho menos Lara Jean, que se siente confusa a raíz de este suceso.

Sus cartas de amor las cuales mantiene ocultas en una sombrerera que le regaló su difunta madre, como su posesión más valiosa, inesperadamente, llegan a manos de sus destinatarios.

Con su hermana mayor en Escocia, un nuevo año escolar y el tener que adaptarse a un montón de cambios más, hasta es comprensible que con el desastre que producen sus cartas la sobrepasen y cometa una gran tontería.


Lara Jean no puede lidiar con Josh, apenas botado por su hermana, pidiendo explicaciones sobre su carta y Petter, tan conveniente, también exigiendo respuestas. Necesita evadir el asunto, pero a un chico más que a otro, ¡Y Petter es el ganador!

Lidiar con su vecino y amigo es mucho y por eso decide ser honesta con Petter. Este le propone un trato particular, algo que les conviene a los dos: Fingir ser novios.

Ella podría sacarse a Josh de encima y él a su ex tóxica.

El convenio se ve tentador, pero ¿cómo saber cuándo dibujar la línea? ¿qué tanto dentro de una relación falsa es real? ¿cuánto puede confiar en Petter? ¿Es posible no caer en sus encantos?

En lo personal, me gustó mucho esta novela. Sí, hubo muchos momentos exagerados, que pudieron tomar otros caminos. Pero sería aburrido que nuestros protagonistas sean sensatos absolutamente todo el tiempo. Es una buena comedia romántica, con personajes interesantes, reales a su manera. Y los dos siguientes libros de la trilogía (de los cuales haré reseña también) me gustaron —un poco más un poco menos— y Jenny Han tiene una forma de expresarse en sus libros que me fascina. También que podemos aprender un poco de la cultura Coreana de nuestra protagonista y autora que impregnan las páginas de sus obras.