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Christopher se dirige a acariciar al perro de su vecina cuando se da cuenta de que está muerto y es ahí cuando su instinto de Sherlock Holmes se activa. Él, un adolescente con necesidades especiales, vive con su padre desde la muerte de su madre y le encantan las matemáticas, su ratón Toby y los horarios. Pero desde el día que encuentra el perro, decide escribir un libro, y es ahí cuando se trastorna su vida diaria. Hay libros entrañables pero este está por encima de todos. Además de mostrarnos la realidad de lo que siente en primera persona un adolescente con necesidades específicas, que en ningún momento se menciona si es autismo o síndrome de Asperger, nos encontramos con un niño que intenta resolver un asesinato, que tiene preguntas, que reflexiona y que busca un sentido lógico a todo. Aunque sus contestaciones sean propias de personas con su enfermedad y su sinceridad tan pura sea un castigo de la misma, es imposible no soltar una leve carcajada de aprecio con algunas de sus respuestas. Christopher entrará en vuestras vidas y hará que sintáis pena pero a la vez esperanza, y digo esperanza porque a veces es necesario ver que tener un problema de salud mental no evita que puedas seguir viviendo, aún con los problemas que acarrea. Este libro debería de ser de lectura obligatoria en todos los institutos. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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