Hasta el momento, es el que más me gusta de la saga de El guardián de las flores, quizá porque está ambientado en un lugar que visité y me encandiló su historia. Rober la desarrolla conjuntándola con unos misteriosos asesinatos que están teniendo lugar en la entrega de los premios al mejor gallego del año. Paola tendrá que romperse los sesos en esta ocasión para descubrir qué está pasando. Igual de fluida que las anteriores.
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