Hecha de estrellas

Andrómeda es díficil de encontrar, por lo general está demasiado al sur para poder ser vista. Pero está allí en algún lugar, atrapada y sola, esperando su propia liberación.

Solo estamos Alex y yo. Toda nuestra confusión y dolor se transforman en consuelo. Y por ahora, eso es suficiente.

Nuestros consuelos solo suman a las manchas de verdades y mentiras a mi cabeza.

Mis manos piden abrazar a mi familia, a mantenerla unida. Pero ya estamos partidos en pedazos.

Por esto. Por esto nunca dije nada. Porque nunca nadie le cree a la chica.

—Había una vez... —Owen susurra y sonrío [...] —un hermano y una hermana que vivían con las estrellas. Eran felices y tenían aventuras salvajes explorando el cielo...

Las mejores mentiras se esconden entre verdades sólidas, se eso mejor que nadie.

-Sabes que estoy muy orgullosa de ti. Hay que ser valiente para desafiar a la misoginia institucional del sistema patriarcal.

Estaba equivocada, pensando que no puedo seguir adelante. Puedo, todos podemos. Simplemente no caminaré por el mundo de la misma forma en que lo hacía antes. Algunas partes de mi desaparecieron. Algunas otras han cobrado vida, fueron despertadas por la necesidad de luchar, de importar, de ser oída. Algunas partes están recelosas, otras enojadas, otras desconsoladas. Pero sigo siendo yo. Sigo caminando. Todos seguimos, de alguna forma u otra.

Creo que todas las chicas tienen una o dos pequeñas cosas, pequeños detalles que dicen: esta soy yo. Me cansé de esconderme. Me cansé de sentirme avergonzada.