Tras leer hace un par de años su primer libro Volver a casa, que me encantó, estaba deseando volver a leer a esta autora. Pero aquí me he topado con lo que no esperaba: no me ha gustado. Más allá de mi reino es la historia de Gifty y de su familia, una familia desestructurada, destruida paulatinamente primero por los problemas de adaptación al país de inmigración (el choque cultural entre Ghana y Estados Unidos es muy grande), después por las drogas, más tarde por la depresión y todo ello empeorado por una suerte de fanatismo religioso. Gifty quiere encontrar sentido a su vida en la ciencia. Quiere que la ciencia le explique por qué su hermano no pudo dejar las drogas, por qué su madre no puede superar la depresión y por qué sigue obsesionada con una religión que siente la ha traicionado. El libro cuenta la historia desde el punto de vista de Gifty, mezclando tiempos; tan pronto habla de su infancia, como del presente o de su época en la universidad. El estilo es un poco lioso, los saltos entre líneas temporales son tan bruscos que tardas en ubicarte a veces. Y al final no sabes si el problema es la religión, la droga, la emigración o los problemas mentales; aunque seguramente sean todos ellos. Me ha costado leerlo, no conseguía conectar con Gifty ni con la historia, aunque reconozco que el trabajo de documentación y estudio previo de la autora es de quitarse el sombrero. |