Es una historia ligera, que no da mucho más, sobre nuevos comienzos. No hay que esperar profundidades... Es una historia rápida que te deja un buen sabor de boca. Helena vuelve al pueblo 2 años después del fallecimiento de su padre para casarse. Todo ha cambiado en el pueblo: una floristería, una librería y la casa de sus padres. Allí se encuentra con su amigo de la infancia que hacía 20 años que no veía, ni sabía nada de él. Todo se va tejiendo. Se reencuentra con sus hermanos, se hacen confidencias, se reconcilian y se conocen mejor. Y poco a poco vamos llegando al final de la historia. Recomendable. |