El noviembre de Kate

Kate vive sumida en su triste rutina, quiere escapar de ella, pero no encuentra el valor para hacerlo. El trabajo no la llena, de hecho su jefe es bastante desagradable y desagradecido. Tampoco es que su vida social y familiar vaya muchísimo mejor, con unos padres muy ausentes y la soledad rodeándola diariamente tiene muy claro que no piensa faltar a la única cita que tiene todos los viernes en el bar escondido; y, por supuesto, tampoco dejará pasar la oportunidad de colaborar con un programa de radio bastante especial.

Un noviembre poco común para nuestra protagonista, donde una gran tormenta de nieve la llevará a un 'mundo' ideal que la hará darse cuenta que la felicidad está siempre al alcance de nuestras manos, solo hay que saber darse cuenta.

Leer a Mónica es regresar a ese lugar que siempre no ha hecho felices, en el que nos hemos sentido seguros. Solemos volver a él por un olor concreto, el recuerdo de una persona especial, una canción, etc. Hacerlo a través de las páginas de un libro no tiene comparación, ya no solo porque alarga esa magnífica sensación sino porque nos recuerda que en nosotros está la decisión de regresar cada vez que lo necesitemos.

Si tenéis la oportunidad de leer a esta autora no lo dudéis ni un segundo, os dejará una bonita huella.