Madame Bovary

«Madame Bovary», gracias por remover sentimientos y pasiones, por la confirmación y la turbulencia de emociones, gracias por las confrontaciones y por mostrarnos un fragmento de la historia de la humanidad.

Gracias por el llanto, la rabia y el dolor, pero también gracias por la alegría y la ensoñación. Gracias por robarme tiempo y a la vez darme momentos de placer.
Gracias por tus versos poéticos, por la bellas descripciones, por usar recursos llenos de romanticismo mezclados con la siempre extraña realidad.

Gracias por usar la interesante ironía, por permitirnos disfrutar de lo absurdo, por tus personajes tan reales, pero a la vez tan caricaturescos.

Gracias por un mundo de olores, de percepciones, por hacer que me fije en los colores de la naturaleza y todas sus variantes, por acercarme a la sensación de placer y libertad que ella nos regala y que nos hace perdernos y confundirnos, confusión que no fue ajena al narrador cambiando siempre el color de los ojos de Emma.

Gracias por Charles, el médico de tu historia, por la descripción tan exacta de sus pensamientos, por mostrarnos los temores, las frustraciones que a veces trae el ejercicio de la medicina y tambien por sus procedimientos y tratamientos que me hicieron indagar la historia de la medicina.

Gracias por ser una novela que trasciende en el tiempo porque desde ahora es inevitable que un miembro de la familia Bovary y sus fatalidades este presente en mis lecturas y en las personas que se me crucen en el camino.

Gracias por ser parte de mi librero. Hasta luego.