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Como muchos lectores antes que yo, conocí a John Green con Bajo la misma estrella, un libro que me gustó muchísimo, y quise seguir con Ciudades de Papel. Tal vez por eso lo empecé con expectativas más altas de lo que debería, y de ahí que me haya decepcionado un poco por su simplicidad. El protagonista es el típico chaval del montón, pagafantas y con poca chispa, que vive una vida tranquila como la de cualquier adolescente. Suena irónico que el nombre más repetido en cada capítulo sea el de Margo, pero es el personaje que menos aparece y de quien no sabemos casi nada. Me gustó mucho todo el juego de pistas que deja para Quentin y cómo él lo va resolviendo poco a poco a base de paciencia, esfuerzo y la ayuda de unos amigos inigualables, Ben y Radar, quienes añaden ese punto cómico a la historia. Estamos ante un buen libro que entretiene sin demasiado esfuerzo. Una trama sencilla con el mismo planteamiento que cualquier historia de adolescentes: instituto, amigos, risas, fiestas, aventuras, amores... Pero pronto te das cuenta de que es un libro repleto de frases sobre crecer y madurar, afrontar el futuro, la sociedad cada vez más superficial, cómo vemos a quienes nos rodean o cómo nos perciben ellos... Unas reflexiones muy bien escogidas, aunque tan simples que no llegan a cuajar. Para mí el final es bastante decepcionante, aunque muy acorde con todas las ideas que quiere transmitir el autor. Cuando dejas pasar unos días, te das cuenta de que está bien que no todas las historias tengan un final de cuento de hadas. Saludos ;) |
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