El lector de Julio Verne

Almudena lo ha vuelto a hacer.

En esta segunda entrega de los episodios nacionales, nos trasladamos a Fuensanta de Martos, un pueblo de Jaén. Nuestro protagonista y narrador es Nino, un niño de diez años que vive en la casa cuartel del pueblo, ya que su padre es Guardia Civil. Estamos en los años 1947-1948. Conocidos como el Trienio del Terror.
Por aquella época, en diversos pueblos españoles, la guerrilla antifranquista pone de cabeza a la Guardia Civil y a los falangistas y franquistas.

Esta guerrilla está formada básicamente por gentes de los pueblos, contrarios a la dictadura de Franco. Estas gentes abandonan su hogar, sus mujeres, sus hijos y se marchan al monte para poder luchar por sus ideales, sabiendo que una vez echados al monte no podrán bajar nunca más, a riesgo de que les pillen y les torturen prácticamente hasta la muerte.

Seremos testigos de todos los actos llevados a cabo por la guardia civil para detener a la guerrilla, actos crueles, infames y, en numerosos momentos, injustos e injustificados. También veremos la lucha del bando comunista, de la guerrilla y de cómo viven los familiares que se quedan en los pueblos una vez que sus parientes se echan al monte y abandonan el llano.

De todo esto seremos espectadores, ya que Nino es un niño muy especial, pese a vivir en la casa cuartel y vivir rodeado de guardias civiles, no acaba de estar completamente de acuerdo con todos los hechos que hace este cuerpo policial. Es un niño que tiene la capacidad de razonar y de ver los claroscuros de las personas, es capaz de comprender a lo largo de toda la obra de que nadie es tan bueno ni nadie es tan malo. Todo el mundo tiene sus grises y nadie es perfecto.

Nino siente fascinación por un nuevo habitante del pueblo llamado Pepe el Portugués, hombre soltero y con una actitud magnética que hace que Nino conecte perfectamente con él y, gracias a él, nuestro protagonista comprenderá de una manera más clara todo lo que conlleva estar en cada bando.

Es una lectura que se bebe, es muy ligera. Nino es de esos protagonistas que te hacen disfrutar del libro mucho más, te acompaña de la mano y te introduce en cada casa y en cada una de esas historias que abundan en cada pueblo de España.

Este libro también es un homenaje precioso a la literatura. Nino es un amante de las historias de Julio Verne e irradia un respeto y un amor hacia la lectura que, para cualquiera que sea amante también, le hará sentirse identificado.

Esta novela, como la anterior de Los episodios de una Guerra interminable, está repleta de personajes que serán difícil de olvidar: Los padres de Nino, Pepe el Portugués, doña Elena, una mujer que enseña a Nino a escribir a máquina y que es el tipo de profesor que cualquiera de nosotros quisiera tener... Y muchos otros personajes más que, para bien o para mal, sé que me acompañarán siempre.

Ha sido una lectura interesante, que te hace tener el corazón calentito en muchos momentos y que además ayuda a aprender periodos históricos que, por lo menos en mi caso, no conocía.